Saúl les informó a Fermín y Rebeca de que tenían una nueva
misión entre manos. Había vuelto a aparecer Fernando Garrido, uno de los
terroristas más buscados de Europa y asesino del marido de Rebeca cinco años
atrás. Fermín comenzó a entender en ese momento los motivos de Rebeca para no
estar con él pero prefirió no decir nada. Saúl les dijo que había sido visto
por última vez en Londres. Los dos cogieron el primer avión para Londres. Allí
fueron al hotel para instalarse y poder capturar al terrorista. Rebeca sabía
que no tenía que tomarse ésta misión como algo personal.
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