Capítulo 25 “Confesiones”: la
confesión de Rebeca hacia Fermín había sido demasiado fuerte.
Fermín decidió dar por terminada la relación con Rebeca en ese
momento y abandonar el país. Rebeca se sentía mal pero tenía que
confesarle a Fermín que, tras rememorar la muerte de su marido, no
sentía lo mismo por él. En el aeropuerto, Fermín estaba a punto de
embarcar cuando comenzó a escuchar disparos. El asesino apareció
amenazando a una mujer si no se entregaba. Fermín decidió
entregarse. Rebeca, ajena a lo que estaba sucediendo, llamó a Saúl
para comentarle las novedades. Saúl le dijo que confiaba en ella y
que sabía que era capaz de atrapar al asesino sola. Fermín se
encontraba retenido en un almacén a las afueras de la ciudad a punto
de ser asesino pero, antes, le enseñó algo que obraba en su poder.
Fermín pudo reconocerlo, era uno anillo que llevaba el asesino de su
padre.
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