Fermín y Rebeca llevan dos meses tras la pista del asesino
en serie más buscado de Europa, Raúl Montes. Llevaba tres años en búsqueda y
captura. Había pasado también ese tiempo desde que Fermín y Rebeca compartieran
un beso, aunque no hayan hablado de ello desde entonces. Los dos se encontraban
en París, infiltrados por un chivatazo de que Raúl se encontraba en la ciudad.
Los dos se vistieron de forma elegante y fueron a la ópera, ya que es donde
supuestamente iba a dar su siguiente golpe. Los dos estaban viendo la
representación cuando Fermín le cogió la mano a Rebeca. Los dos se miraron en
el momento en el que sonó un grito.